Trujillato, Balaguerato, Leonelato, Hipolitazo y Danilato


La irreverencia mental de los dominicanos en la actualidad es evidente, por la obvia razón de lo que piden como solución al desorden que impera en el país, la clemencia es que vuelva Trujillo para que imponga el orden, la inquietud sería ¿Cuál orden? El que domina hoy, el sistema clientelar que por el desconocimiento histórico la gente no se entera que estamos viviendo los 30 años del trujillato en carne viva. 

Donde en los tiempos venerables de la dictadura mencionada el 80% de la producción industrial, dígase la empleomanía y el desarrollo económico del país estaba totalmente bajo el régimen del presidente Rafael LeónidasTrujillo, señalando que el 60% de la renta activa de la economía dependía del tirano. En pocas palabras la nación era una finca de la familia Trujillo Molina. Teniendo como diferencia que según fuentes el 21 de julio de 1947 la deuda externa fue saldada.  

Entonces teniendo esos datos de referencia nos podemos dar cuenta que nuestra historia ha sido mal contada o hacemos caso omiso a esa realidad que se vivió en aquella época, que aun con la muerte física de aquel individuo su práctica e ideología sigue reinando en lo que se conoce como casa de gobierno, “Palacio Nacional”. Algunos dirán que eso es ahora, pero desde Balaguer hasta la fecha la diferencia en las ejecuciones del presupuesto nacional ha sido muy mínima para lo que espera la clase pensante del país.

Tenemos un crecimiento económico que se puede señalar como cierto pero una inversión tan mala que hace creer que todo se lo lleva la corrupción. Al parecer los libros de economía que están leyendo son lo que proponen la quiebra de un Estado en poco tiempo, donde se tiene una sociedad pendiente única y nada más que de un empleo gubernamental desde donde la quiebra de los micros y medianos empresarios son el pan de cada día.

Cuando miramos los hechos del primer gobierno de Bosch en el 1963 donde se reducen todos los puestos improductivos del gabinete palaciego y todos los demás gastos innecesarios para rescatar la economía del Estado, que estaba en uno de sus peores momentos, descubrimos que sus discípulos leyeron esas recomendaciones al revés.  

Al hablar de sus discípulos no se pueden excluir las prácticas perredeistas porque como que todos padecen de hambre ancestral. “Yo vine a buscame lo mio” “Por eso es que tú ta mal, por datela en serío”. ¡Qué tristeza! Pero esa es nuestra realidad. Donde se aplica el pensamiento de la ley 14 de Las 48 leyes del poder “engaño” - "La verdad es algo tan precioso que siempre debería estar custodiada por un séquito de mentiras.  

Periodista Daniel Amador

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