Fragmento de Historia Dominicana PARTE 1
1.1
CRISIS DEL GABINETE SANTANISTA
Durante el período de la primera
República, que empieza en 1844 y termina con la anexión a España en 1861, la
principal figura política y militar lo fue el general Pedro Santana, personaje
muy controversial en la historia dominicana. Él era propietario de grandes
hatos en la región Este del país, donde trabajaban miles de peones, dedicados a
la crianza y cacería de animales. En los días previos al 27 de febrero decidió
contribuir con la causa separatista. Fue nombrado general del ejército que se
dirigió al Sur para resistir la invasión haitiana que buscaba dejar sin efecto
la proclamación de la primera independencia dominicana. Estando en Baní, donde
permaneció a la defensiva después de la batalla del 19 de marzo, decidió
regresar con su ejército a Santo Domingo el 12 de julio para dar un contragolpe
militar, poniéndole fin al control político que durante un mes, alcanzaron los
trinitarios sobre la Junta Central Gubernativa. Desde entonces Santana emerge
como la figura que concentra el poder político y el poder militar. Bajo su
poderosa influencia se convocó y sesionó la primera constituyente, donde nació su
dictadura constitucional.
Confirmado en el poder, en tanto primer
Presidente constitucional, el general Santana dispuso la organización de un
ejército más profesional, con sus divisiones y sus comandancias regionales y
locales. Aquel ejército de milicianos, que en sus primeros años tenía
aproximadamente 10 mil miembros, era completamente sumiso al déspota. En sus
primeros años absorbía más del 80 por ciento de los gastos corrientes del
gobierno. Había que invertirlo todo en las actividades militares para prevenir
conspiraciones internas y nuevas invasiones haitianas. Todos los hombres, entre
los 13 y 60 años, debían realizar el servicio militar obligatorio.
El
primer aniversario de la independencia dominicana fue ¨celebrado¨ por Santana
fusilando a la heroína María Trinidad Sánchez y sus tres compañeros, acusados
por la ¨justicia¨ militar de organizar
una conspiración para derrocar al gobierno y facilitar el retorno al país de
los desterrados líderes trinitarios.
El primer gobierno de Santana se enfrentó
también con la Iglesia Católica que aspiraba recuperar sus propiedades y
privilegios, perdido durante la ocupación haitiana en ese momento dirigida por
Boyer.
En la reclamación de dichas propiedades se
designó al cura José María Bobadilla, hermano del cercano e influyente
funcionario Tomás Bobadilla. Tal postura del sacerdote Bobadilla lo lleva a
tomar parte en el exilio para evitar problema y no se atentara contra su vida y
por esa razón Tomás Bobadilla decide abandonar o romper relaciones con el
dictador Pedro Santana.
1.2
RETIRO DE SANTANA Y
ELECCIÓN DE MANUEL JIMÉNEZ. LA CAMPAÑA MILITAR DE 1849 LLEVA A SANTANA AL
EJÉRCITO.
Las dificultades financieras con
que se desenvolvía el gobierno, la crisis económica del país, las expulsiones y
las ejecuciones sumarias de opositores políticos, la resistencia de algunas
instancias militares que no acataban la presiones de Santana, la creciente
oposición del congreso, que la salida de Bobadilla no pudo eliminar, influyeron
en el ánimo del déspota, y como se encontraba enfermo y deprimido, decidió
renunciar en agosto de 1848, ante el Concejo
de Secretarios de Estado, organismo que asumió las funciones del poder
ejecutivo hasta que el congreso, reunido el 8 de septiembre, designó al general
Manuel Jiménez, segundo Presidente del país.
Una de las primeras medidas del
Presidente Jiménez fue decretar una amnistía política a favor de los
trinitarios desterrados desde septiembre de 1844, quienes volvieron por
distintas vías exceptuando a Duarte y su familia que residiendo en Venezuela,
no se enteró de la disposición que lo favorecía.
Más tarde el Presidente Jiménez
comete el error de reducir la fuerza militar, no dándose por enterado de que le
estaba abriendo la puerta a una nueva invasión haitiana y viene a coincidir con
el reconocimiento de la independencia dominicana por Francia, en octubre de
1848. Eso da cabida a que el nuevo presidente haitiano, el general Fautin
Soulouque, interpretara el reconocimiento de independencia como un peligro para
la seguridad de Haití, más tarde organiza una invasión en el mes de marzo de
1849 con un aproximado de 15 mil soldados.
La invasión que se había llevado
a cabo por los haitianos hacía territorio dominicano da a conocer la
incapacidad e inmadurez del gobierno encabezado por Manuel Jiménez para darle
respuesta favorable a la República por la situación que se estaba viviendo en
esos momentos. Esa condición abre la puerta para que el congreso se reuniera
urgente y decidiera hacerle un llamado al general Pedro Santana, que se
encontraba retirado en su tierra del Seibo, para que asumiera nuevamente la
comandancia de nuestro ejército dominicano. Así vuelve Santana y se rehabilita
en sus funciones como militar y en conjunto con el general Duvergé en abril de
ese mismo año obtienen una nueva y avasallante victoria en el cruce de Ocoa, en el lugar llamado Las
Carreras.
1.3
INTENTOS ANEXIONISTAS DE JIMÉNEZ A LOS EUA EN LA GUERRA
DOMINICO-HAITIANA A CAMBIO DE SAMANÁ.
Presentando su renuncia el
entonces Presidente Jiménez por las
presiones recibida de parte de Santana; luego Pedro Santana, quiere imponer en
el cargo a Santiago Espaillat, señalado
por el dedo empero el mismo Espaillat se niega porque dice que no será un
títere en el gobierno haciendo lo que quisiera el entonces jefe del ejército y
eso le da paso a Buenaventura Báez e inmediatamente asume la Presidencia.
En los primeros años de su
gestión existe una rivalidad entre las potencias de esos tiempos que eran
España, Francia, Inglaterra y los Estados Unidos de América por expandir su
poder tanto político como económico y obtener el dominio en la reciente
liberada República Dominicana, esa situación provoca que el gobierno dominicano
obtuviera la protección política y no así la venta o arrendamiento de la
península de Samaná.
Entre los líderes políticos y
militares del país, los de tendencia conservadora, buscaban la protección de las
grandes potencias ante las embestidas de los gobiernos haitianos. Santana se
inclina a favor de una negociación con los Estados Unidos, Báez prefería a
Francia y eventualmente a la supuesta madre patria España.
Las pugnas por la anexión con la
mencionada colonia producen que Inglaterra sea la potencia abanderada, ya que
termina imponiendo sus intereses estableciendo relaciones comerciales con dicha
Isla y como resultado se manifiesta el llamado al gobierno haitiano para que
firmara un tratado de paz con la República Dominicana.
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