Como se propagan las ideas

Propaganda de las ideas

La ciencia es la causante y propiciadora del avance que hoy día exhibe la humanidad en el cual es muy notorio.

El saber científico y la fe han logrado un entendimiento más luego que Albert Einstein postuló sus pensamientos en cuanto a la relación de razón y fe para así mantener un equilibrio entre ambas incógnita.

Las ideas creacionistas hasta el día de hoy siguen interfiriendo en lo que es el avance de la ciencia ya que en dicho orden la propagación de la teoría creacionista es muy influyente en lo que es la sociedad humana aún no importando en que lugar del mundo se mencione.

En dicha situación las ideas son como un torrente de agua que desde que cae o es tirada al suelo inmediatamente surge un efecto que es el de mojar el lugar donde ha sido derramada; así suele suceder con las ideas que una vez expresada comienza a surgir un acalorado impacto en lo que es la terminología  humano pensamiento, tanto que la propaganda dada hace que la gente, dé por asentado los conceptos expuesto sin someterlo a un estudio científico.

Los lideres surgen por la necesidad de ideas que una vez alguien la construye e inmediatamente dicta un discurso que es de agrado a un público sin pensarlo una masa se arriesga seguirle sin tener en cuenta que tan descabellada puede ser la propuesta, y dada la falta de conocimiento, se aprovechan de aquellas marionetas y la conducen por el despeñadero sin importarle el bienestar de los seguidores: como por ejemplo Hitler por mencionar uno de ellos.

La pereza de los seres humanos es que ha provocado tal malestar que aun teniendo los conocimientos y capacidades deja que otro sea que administre su riqueza intelectual, y no se dedican a explotar todo ese potencial dado desde su nacimiento.

En conclusión los líderes surgen  por la debilidad de unos pocos que se acobardan cuando la vida le da la oportunidad de ser ente productivo y buscan refugio en aquellos que sí, saben usar las propagandas, para hacerse ver como los buenos y capacitado para dirigir los destinos de unos cuantos que se sienten impotente ante la realidad que le rodea.